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Descubren tumba y murales del primer estado Moche en la Huaca de la Luna

Andina, 11 de julio de 2014

El Comercio

Los arqueólogos Santiago Uceda y Ricardo Morales presentaron en la Huaca de La Luna los resultados de sus recientes investigaciones realizadas en el citado complejo arqueológico, ubicado en la provincia de Trujillo, región La Libertad.

En la presentación mostraron dos murales con personajes tomados de la mano y un nuevo “tema complejo”.
También presentaron el hallazgo en una tumba ubicada en el núcleo urbano con un cetro en forma piramidal, muy semejante al que tenía el Señor de Sipán, hecho de cobre, orejeras de oro, instrumentos de cobre, cuentas de piedra, tres mandíbulas de felinos con garras forradas de metal, 10 vasijas de cerámica y un camélido ofrendado junto a los pies.
En el frontis norte de la huaca de la Luna, el codirector del proyecto Huacas del Sol y de la Luna, Santiago Uceda, afirmó que se maneja la hipótesis de que los objetos hallados en la tumba pertenezcan a un representante del Estado Mochica en otros territorios, probablemente Virú, Santa o Nepeña.
“Creemos que este representante haya sido enviado al primer estado territorial Mochica en los Andes. Estos objetos como centro, orejeras, tocados felinos con ojos y garras le dan un estatus muy elevado, tal vez el más alto descubierto en huacas del Sol y de la Luna”, declaró Uceda, al tiempo que informó que se espera el arribo de expertos internacionales para continuar con los estudios.
La tumba se ubica en el núcleo urbano entre la huaca del Sol y la huaca de la Luna, se calcula su antigüedad en el año 600 antes de Cristo. El responsable del grupo investigador es el arqueólogo Enrique Zavaleta y sus estudiantes. Luego pasó a manos del laboratorio a cargo César Córdova, restaurador.
En el lado este de la plaza ceremonial de la huaca de la Luna se puso al descubierto dos murales: el primero, corresponde al último edificio de huaca de la Luna y representa dos personajes tomados de la mano y un panel dividido en cuatro secciones con personajes del panteón mochica, el cual se asemeja al “tema complejo” o “mural de los mitos”.
La conservación de este mural no se encuentra en óptimas condiciones, pero se puede observar en el panel central al Dios de las Montañas, mientras que en el panel inferior, se observa una escena conformada por una forma escalonada, animales sagrados y diversos personajes del discurso litúrgico Moche.
El segundo mural, en tanto, fue identificado a partir de la limpieza de un pozo de huaqueo, correspondiente a un muro asociado al penúltimo edificio de huaca de la Luna. Se trata de paneles pintados en dos secciones: una de color blanco y la otra con diseños de olas con escalonados y triángulos con la “manta raya”.
Este nuevo hallazgo resulta importante, pues –según se explicó-permite comprender cómo funcionaban los rituales al interior de la plaza principal. En el caso de esta arquitectura, habría funcionado como un espacio controlador para poder acceder a la rampa principal del templo; la misma que conduce al altar mayor en la que se realizaba la ceremonia de la presentación de la copa conteniendo la sangre del guerrero sacrificado.
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Aquí fotos de Perú21:


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El Señor de Úcupe, el Rey «resplandeciente»

Aquí la noticia sobre el Señor de Úcupe  de National Geographic (en inglés), en la que lo llama «Rey del Bling» (de joyería resplandeciente).

National Geographic News, 10 de abril de 2009: «King of Bling» Tomb Sheds Light on Ancient Peru

Photograph courtesy Dr. Steve Bourget, National Geographic.

Kelly Hearn and Ted Chamberlain

Packed with treasure in the styles of two ancient orders, the 1,500-year-old tomb of the Moche Indian «king of bling» is like no other, according to archaeologist Steve Bourget. 

Discovered in Peru at the base of an eroded mud-brick pyramid, the tomb gradually yielded its contents last summer.

Among the finds: 19 golden headdresses, various pieces of jewelry, and two funerary masks, as well as skeletons of two other men and a pregnant woman. (View photographs of the Moche find.)

The tomb’s mysterious contents and location—far from known Moche capitals—could shed new light on this little-known culture of Peru’s arid northern coast, said Bourget, of the University of Texas at Austin.

Thriving between A.D. 100 and 800, the highly agricultural Moche Indians are known in large part by their stepped pyramids, jewelry-filled tombs, and exquisite pottery and art. (See related pictures of Moche tombs from National Geographic magazine.)

Lord of Ucupe

Located some 475 miles (750 kilometers) north of Lima, the newfound tomb was found at the base of Huaca el Pueblo, a mud-brick, stepped pyramid that has eroded into a high, round mound.

The Lord of Ucupe—as locals have come to call the entombed Moche leader—was in his early thirties when he died, Bourget said.

For entombment, the lord was dressed in full regalia—and then some.

His body was covered with a tunic and train of tiny gilded copper plates, and his face was covered with two funerary masks—a first, according to Bourget. A necklace of four-inch (ten-centimeter), disk-shaped silver rattles encircled his neck.

On his head was a gilded crown. Six more crowns and ten V-shaped headdresses called diadems were arrayed on top of his body. Still another diadem was folded in half and placed atop six metal war clubs to serve as a mat for his lifeless body.

The Lord of Ucupe was then wrapped in a large bundle made of reed and textile, along with artifacts suggestive of political status, said Bourget, who co-led the team that found the tomb with Bruno Alva of the Museum Tumbas Reales de Sipán. (Seguir leyendo)

 


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Revelan detalles de tumba de sacerdotisa Moche [VIDEO]

Fuente: El Comercio, 4 de agosto de 2013 (con video)

El ataúd estuvo cubierto de placas metálicas con forma de olas y peculiares objetos con la representación de aves marinas

Su entierro, ocurrido hace 1.200 años, fue un gran acontecimiento. Sus colaboradores lo prepararon todo. La tumba fue pintada de rojo y amarillo, se dispusieron diez nichos con ofrendas de cerámica y su ataúd fue minuciosamente recubierto con placas metálicas en formas de olas geométricas.

El director del proyecto arqueológico San José de Moro, Luis Jaime Castillo, menciona que uno de los aportes más significativos de la tumba de la sacerdotisa, encontrada hace una semana en San José de Moro, Lambayeque, radica en que se trata de un contexto funerario diferente a los encontrados en años anteriores.

Por ejemplo, para impresionar a los súbditos que habitaban en el período Moche Tardío, en la parte superior del féretro colocaron una máscara, placas de cobre dorado y peculiares objetos metálicos con la representación de aves marinas.

En la parte superior se encontraron dos penachos que representan un ave pescadora en picada, que varios siglos después también se halló en contextos de Lambayeque. “Se convirtió en uno de los íconos más representativos de esta cultura”, dijo Castillo. Según las primeras indagaciones, la tumba de cámara fue debidamente diseñada con una entrada y en ella se montó una exposición donde cada pieza fue colocada ordenadamente, cumpliendo una función.

El investigador explica que el recinto habría sido utilizado para realizar ceremonias como la colocación de ofrendas por parte de los súbditos.

El arqueólogo responsable de la excavación, Julio Saldaña, señala que el descubrimiento confirma que San José de Moro es un cementerio de élite de Mochica Tardío y que las tumbas más ricas pertenecen a mujeres.


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La Libertad: develan tumba de sacerdotisa Moche

Fuente: El Comercio, 28 de julio de 2013

PHOTOGRAPH COURTESY LUIS JAIME CASTILLO BUTTERS (National Geographic)

WILFREDO SANDOVAL

El complejo arqueológico San José de Moro no deja de sorprender a los peruanos. En los últimos días, un grupo de investigadores descubrió una impresionante cámara funeraria en la que hace 1.200 años fueron enterrados los restos de una poderosa mujer que gobernó durante el período Moche Tardío B (750 u 800 después de Cristo).

Los obreros, arqueólogos y estudiantes de todas partes del mundo que trabajan en diferentes unidades de excavación empezaron a inquietarse hace dos semanas cuando se toparon con un relleno de tierra en forma de L y un conjunto de adobes sueltos que luego identificaron como parte de la entrada principal de la cámara funeraria.

El joven arqueólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) Julio Saldaña entendió que estaban frente a algo especial y que ese sector signado con el número 211 era un lugar dedicado al culto de los ancestros, en cuyo alrededor los súbditos mochicas dejaron múltiples evidencias como cántaros de diferentes tamaño y cocinas para la elaboración de chicha.

Enterado de esto Luis Jaime Castillo, director del proyecto arqueológico San José de Moro, dispuso intensificar la extracción de cientos de toneladas de relleno. Su entusiasmo era desbordante porque en una zona contigua, el año 2009, había descubierto la tumba de un sacerdote y en el 2007 halló la tumba de una sacerdotisa acompañada por seis mujeres.

El último viernes, cerca del mediodía, el ánimo de los arqueólogos alcanzó su más alto nivel cuando una de las jóvenes estudiantes de la Universidad de Harvard de Estados Unidos empezó a desenterrar un idolillo de cerámica que fue depositado con los restos de un bebe. Posiblemente sería una ofrenda o sacrificio posterior al entierro principal.

Fueron momentos intensos para todos los participantes del proyecto de investigación, especialmente para los extranjeros. Frases de asombro y de felicitación no dejaban de retumbar en diferentes idiomas.

AJUAR FUNERARIO
Ayer, cuando las pequeñas herramientas tocaron los 5 metros de profundidad aparecieron decenas de objetos de cerámica, ubicados en grupos que ocupaban casi todos los sectores de la cámara funeraria.

Unos centímetros más abajo, las hábiles manos del experimentado Julio Ibarrola y de otros seis colaboradores, que desde hace 23 años trabajan en el complejo sagrado, encontraron la primera gran evidencia que confirmó el descubrimiento de una sacerdotisa.

Era una finísima pieza de cerámica polícroma, genialmente diseñada con iconografía moche, en la que se colocó una corona de plata y cobre dorado, en forma de penacho, ubicada a la altura de la cabeza del personaje de élite.

En el sector principal de la cámara funeraria y mientras los arqueólogos continuaban excavando, se desenterró el esqueleto de una persona adulta. En ese momento, la mayoría se preguntaba si era un gobernante o una mujer de la élite.

Minutos más tarde la duda quedó despejada cuando debajo de una fina capa de arena y a la altura de la cintura se encontró una copa ceremonial, un pequeño cuchillo (tumi) y piezas de spondylus de regular tamaño en cada una de las manos de la mujer noble.

También forman parte del ajuar una serie de objetos metálicos como placas y otras ofrendas que se colocaron a la altura de los pies.

La cámara funeraria, cuyo proceso de excavación continúa, tiene muros pintados de rojo y amarillo y algunos nichos dispuestos en las paredes que han sido adornadas con ceramios como botellas y cuencos.

FIGURA DE PODER
Luis Jaime Cisneros, director del proyecto, asegura que el penacho de metal, la copa ceremonial y otros ornamentos del ajuar revelan que se trata de una sacerdotisa. Sin embargo, señala que el género del ancestro tendrá que ser corroborado mediante análisis de antropología física de los restos óseos que se encuentran deteriorados por la humedad del terreno.

La tumba hallada recientemente es la octava sacerdotisa del complejo arqueológico San José de Moro. La última, signada con el número U1525, apareció hace seis años.

El doctor Cisneros recuerda que en esta parte de La Libertad priman los entierros de sacerdotisas, lo cual implica que esta parte del valle costero estuvo dominado por poderosas mujeres de la sociedad mochica, tal como ocurrió en el Brujo y varios siglos después en Chornancap (cultura Lambayeque).

Los siguientes días de excavación nos revelarán qué contienen los nichos y qué significan las maquetas y algunos diseños arquitectónicos que también aparecieron en tumbas similares.

El arqueólogo Cisneros cree que San José de Moro fue un cementerio sagrado, considerado el centro de peregrinación de otros sectores como San Idelfonso, Huaca Colorada y Cerro Chepén, cuyos habitantes llegaban para dejar ofrendas y realizar ritos ceremoniales en honor a sus muertos.

ZONA DE ESTUDIO
MUJERES PODEROSAS
Gary Urton, catedrático principal de la Universidad de Harvard, opina que el hallazgo de la sacerdotisa revela que en el período Moche Tardío reinó un grupo de mujeres.

DE TODO EL MUNDO
San José de Moro es la escuela de campo de importantes universidades del mundo como Harvard y Yale. También llegan estudiantes de Canadá, México y Francia.